Hoy me dije a mi mismo, y tuve que decírmelo sin tapujos, porque de otra manera no lo hubiera comprendido, y no, no es que sea tonto, es que simplemente a veces soy muy despistado, es que las palabras que resuenan en mi cabeza salen por alguna puerta trasera de la cual desconosco su origen y por ende no tengo la capacidad o el poder de clausurar esa salida, y pues quizá algún loco guardián de mi mente se dió un pase de salida y fue ahí cuando capté todo. -Maldita sea, tengo un blog, y no escribo casi nada de mi-. Fue cuando me pregunté si esa afirmación tendría sentido, pues cuántos locos creerían que me siento un pobre Velázco, Roncagliolo, Aura (en paz descanse), como esos jovencitos que se ponen la playera de su jugador favorito y al anotar el gol dicen, yo soy... No, no, no, quizá para eso se creó esa puerta, para que cuando aquella frase penetrara en mi mente no fuese analizada, por que claro, cual psicólogo se crea mil ideas, dos bandos, el de los pensamientos positivos, los que dicen -¡Claro, mis pocos pero fieles lectores gozarán de saber de mi vida!-. Mientras que el otro bando, el que como en toda típica historia parece el mas fuerte, o si no el más intimidador dice: -¿Quién va a leer esta mierda?. Vaya, ¿por qué tanto trabajo para algo que ya se esta haciendo?, ¿por qué? Que paradójico, que increíble, que sorprendente, que estúpido.
Bien mis estimados lectores, ya os puse a leer algo de mi, poco, quizá, extraño, definitivamente, pero todos los comienzos son pequeños, porque no creo que hayan existido hombres cuyo primer paso sea enorme, los siguientes, seguro que si, pero el primero, hay, hay, hay. ¿Algún valiente? tal vez pronto, pero yo, definitivamente no.