De mi puño no deben de salir las palabras, mis pasos deben ser certeros, ciertos e indudables, sin mirar atrás, ¡sin mirar atrás!, ¿sin mirar atrás?, manteniendo atentos mis oídos al sonido de lo abierto, lo infinito. Y mi camino no tuvo principio, no lo recuerdo, y no es tristeza, no es melancolía, por que no he tenido tiempo de pensar por qué, de encontrar razones o excusas, de esas que son tan requeridas, de esas que le sirvieron a la vida para volverse vida, tan falsa, tan reprimida, por eso, y solo por eso, camino hacia el otro lado, aunque no exista lo que quiero que exista, por que aun así me queda la duda, por que la verdad, sus verdades matan, y no quiero morir, no ahora.
¡Vuelve! ¡vuelve! Gritan las almas detrás, y a lo lejos mis ojos desean echar un vistazo, tal vez alguna parte de mi, la menos sabía, desearía volver, pero esa parte es tan estúpida, tanto que la olvidaré regada por el camino, aunque el césped la rechace deprisa, aunque no tenga lugar a donde ir, aunque esa parte haya sido mi vida, por que desde que comencé el recorrido existe otra manera de respirar, de darme cuenta de que no soy un ser humano, simplemente soy algo.
Y más allá, en la distancia más marcada, cuando las voces sean susurros, mis pasos ya incontables, serán mi única arma, y mi puño habrá inspirado lo inesperado, mientras mis ojos coordinan espacio, instantes gloriosos para vocearme a mi misma un logro, en aquél camino inexistente, en aquél destino utópico, y cuando por fin mire hacía atrás, un lazo casi infinito, de visibilidad invisible estará uniéndome a lo que fui, pero sin alejarme de lo que ya me habré convertido, en un lugar que solo yo llegaré a conocer.
¡Vuelve! ¡vuelve! Gritan las almas detrás, y a lo lejos mis ojos desean echar un vistazo, tal vez alguna parte de mi, la menos sabía, desearía volver, pero esa parte es tan estúpida, tanto que la olvidaré regada por el camino, aunque el césped la rechace deprisa, aunque no tenga lugar a donde ir, aunque esa parte haya sido mi vida, por que desde que comencé el recorrido existe otra manera de respirar, de darme cuenta de que no soy un ser humano, simplemente soy algo.
Y más allá, en la distancia más marcada, cuando las voces sean susurros, mis pasos ya incontables, serán mi única arma, y mi puño habrá inspirado lo inesperado, mientras mis ojos coordinan espacio, instantes gloriosos para vocearme a mi misma un logro, en aquél camino inexistente, en aquél destino utópico, y cuando por fin mire hacía atrás, un lazo casi infinito, de visibilidad invisible estará uniéndome a lo que fui, pero sin alejarme de lo que ya me habré convertido, en un lugar que solo yo llegaré a conocer.
LA FOTOGRAFIA ES DE MI GRAN AMIGO RICARDO SANTOS, Y JUNTO CON EL TEXTO SERAN PARTE DE UNA EXPOSICIÓN DE FOTOGRAFIA LITERARIA QUE MAS ADELANTE ANUNCIARE A DETALLE.